martes, 5 de abril de 2011

Una barca...


Nos dimos cuenta que ya no nos estaban siguiendo asi que paramos. Claramente rega;e a Sancho porque fue inapropiado de su parte ponerse a rebuznar, porque era obvio que eso haria que las personas se enojaran. Pero que mas podia de esperar del poco conocimiento de Sancho. Cuando algo muy inesperado sucede ya que me dice Sancho que cual caballero huye mientras apalean a su escudero; sin embargo lo que Sancho no sabia es que hay muchas historias de caballeros que habian esperado para poder atacar de una manera diferente mientras el escudero debia pelear solo con la multitud. Continuamos hasta encontrar una alameda a donde pasamos la noche. Durante el camino Sancho me dijo que seria mejor que el se fuera a su casa ya que no se le habia pagado lo prometido y por el contrario surgian aun mas deudas. Al oir esto le dije que era un asno. Comentarios inperdonables, como osa decirme eso. La unica manera de poder perdonarlo seria que es el mismo admitiera que es una bestia. Cuando escucho esto se echo a llorar y lo admitio, admitio que era un asno. Entonces entramos en la alameda y dormimos. Al dia siguiente proseguimos nuestro camino, hacia Zaragoza. A los dos dias llegamos a la orilla del rio Ebro a donde vi un barco sin remos ni velas. Asi que claro vi una aventura avecinarse, debia montarme en el barco a ir a rescatar a un caballero. Sancho me dijo que esos barcos eran de unos pescadores, asi que lo hice callar y nos montamos ambos. De un pronto a otro llegamos a la mitad del rio, luego unos molineros nos comenzaron a atacar pero despues salvar, fue muy extra;o. Nos dijeron que debiamos pagar por los da;os. Les dije que les pagaria el dinero pero con la unica condicion de que liberaran al caballero que tenian prisionero. Pero no parecieron entenderme asi que Sancho les dio el dinero. Me di cuenta que esto era la aventura para otro caballero asi que proseguimos nuestro camino a Zaragoza. Proseguimos con nuestro camino, callados. Estaba pensando en mi queridisima Dulcinea. Oh, fermosisima Dulcinea del Toboso, esa mujer maravillosa que me espera... Al dia siguiente, nos encontramos a una Duquesa y un Duque, a quienes les presente mi deseo y mi intencion de servir cuando fuera necesario. Me reconocieron porque habian leido la primera parte del libro. Acompa;amos a los Diques a su castillo, me dijeron que eran lectores de libros de caballeria y que les gustaria pasar un poco de tiempo conmigo. Antes de llegar los Duques nos dijeron que debian hablar en privado con sus criados. Cuando llegue a la venta me di cuenta que yo era una persona muy importante y famosa ya que me trataban como un caballero famoso, fue maravilloso que me reconocieron por lo que soy muy bueno. Una doncellas llegaron a ayudarme a quitarme la armadura, cuando lo logre, nos sentamos todos a cenar. Cuando llegue se dio una peque;a discusion ya que no se sabia quien debia presidir la mesa. Finalmente gane yo, asi que presedi la mesa. Fue cuando Sancho comenzo a contar una historia de la que me senti muy avergonzado y lo peor es que en ese momento estaba presidiendo la mesa. Fue aqui a donde la Duquesa interrumpio a Sancho y me pregunto acerca de Dulcinea. Estabamos todos sentados y el Cura que estaba sentado con nosotros en la mesa me comenzo a llamar loco, y que mi cabeza estaba llena de tonterias. Y me sugirio que me fuera a la casa y dejar a de hacer el ridiculo.

1 comentario:

  1. Vamos a ver qué le sucede a tan famoso caballero, en dónde se va a meter y qué aventuras va a vivir. Claro que va poseído de todo ese fervor místico de la caballería, todo lo verá a través de esa mirada y todo será intenso. Paciencia con Sancho, que ya va conociendo esas profundidades que implica ser y vivir con un caballero.

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