Estabamos dormidos, cuando nos dimos cuenta que uno de los galeotes a los que liberamos se estaba robando el burro de Sancho. Asi que console al pobre Sancho, prometiendole que le regalaria 5 burros mas. Nos encaminamos por esa sierra en busca de nuevas aventuras. Milagrosamente aparecio una maleta con unas comisas, un librillo y una bolsa con escudos de oro. Empeze a leer el librillo, este me intereso bastante, asi que le dije a Sancho que buscaramos al due;o del libro. Asi que caminamos por esa sierra por varias horas; hasta que encontramos a un cabrero que nos hablo un poco acerca de este personaje. El cabrero nos conto que este era un hombre loco, que por momentos era caballeroso y dulce, pero por otros se comportaba de manera loca. El cabrero nos dijo que el unos amigos, lo llevaron a la villa de Almodovar para que lo curaran, entonces que podia ir ahi a conseguir mas informacion acerca de este desconocido personaje. Cardenio, asi se llamaba ese loco hombre, que vivia en Sierra Morena; conocimos a Cardenio, quien nos conto su historia. Cardenio venia de una familia rica y se enamoro de Luscinda, una chica que era tambien de una familia rica. Cuando finalmente Cardenio consiguio el consentimiento del padre de Luscinda, para casarse este le dijo que debia irse a la casa del Duque Don Ricardo. Cardenio era amigo del hijo del Duque Don Ricardo con quien tenia mucha confianza. En una de las cartas de su amada, le decia que le llevara el Amadis de Gaula. Apenas escuche ese nombre, inicie a contar unas muy interesantes historias, de las que habia leido. Cardenio siguio con su historia nuevamente, hasta que menciono a la reina Madasima. En cuanto escuche esto llame a Cardenio mentiroso y farsante. Al parecer se enojo y me lanzo un guijarro.
lunes, 31 de mayo de 2010
Un extraño hombre...
Estabamos dormidos, cuando nos dimos cuenta que uno de los galeotes a los que liberamos se estaba robando el burro de Sancho. Asi que console al pobre Sancho, prometiendole que le regalaria 5 burros mas. Nos encaminamos por esa sierra en busca de nuevas aventuras. Milagrosamente aparecio una maleta con unas comisas, un librillo y una bolsa con escudos de oro. Empeze a leer el librillo, este me intereso bastante, asi que le dije a Sancho que buscaramos al due;o del libro. Asi que caminamos por esa sierra por varias horas; hasta que encontramos a un cabrero que nos hablo un poco acerca de este personaje. El cabrero nos conto que este era un hombre loco, que por momentos era caballeroso y dulce, pero por otros se comportaba de manera loca. El cabrero nos dijo que el unos amigos, lo llevaron a la villa de Almodovar para que lo curaran, entonces que podia ir ahi a conseguir mas informacion acerca de este desconocido personaje. Cardenio, asi se llamaba ese loco hombre, que vivia en Sierra Morena; conocimos a Cardenio, quien nos conto su historia. Cardenio venia de una familia rica y se enamoro de Luscinda, una chica que era tambien de una familia rica. Cuando finalmente Cardenio consiguio el consentimiento del padre de Luscinda, para casarse este le dijo que debia irse a la casa del Duque Don Ricardo. Cardenio era amigo del hijo del Duque Don Ricardo con quien tenia mucha confianza. En una de las cartas de su amada, le decia que le llevara el Amadis de Gaula. Apenas escuche ese nombre, inicie a contar unas muy interesantes historias, de las que habia leido. Cardenio siguio con su historia nuevamente, hasta que menciono a la reina Madasima. En cuanto escuche esto llame a Cardenio mentiroso y farsante. Al parecer se enojo y me lanzo un guijarro.
El yelmo de Mambrino
Oh, mirad a lo lejos, es un caballero con un yelmo. Pero no un yelmo cualquiera es el yelmo de Mambrino. Este debe de ser mi nueva adquisicion ya que el yelmo es una de las partes mas importantes en la armadura de un caballero, y yo no quiero cualquier yelmo, quiero ESE yelmo. De camino de la busqueda del yelmo Sancho y yo hablabamos; de como en algun momento seriamos nobles o hasta reyes, debido a nuestra gran fama y valentia. Despues nos detuvimos, y me lanze al ataque, para poder conseguir el yelmo, no fue facil pero lo tengo. Por fin tengo el mejor yelmo que hay. Pero desgraciadamente cuando alguien es ingnorante, no sabe ni lo que dice, ya que Sancho me decia que eso no era un yelmo sino una simple bacia de azofar. Vaya bazofia, has dicho mi querido amigo, esto no es ninguna bacia. Bueno sin importar lo que fuera, que era obviamente un yelmo; proseguimos hablando acerca de nuestro futuro, como caballeros. Le comente a Sancho, que lo mas probable es que me casaria con una princesa, entonces su padre moriria y heredariamos el reino. Y para Sancho, mi amigo Sancho, la mejor doncella que tenga la princesa, y asi nos tranformamos en el rey y el noble de mas alto rango, de un minuto a otro. Despues de terminar la conversacion, nos dimos cuenta que conseguir fama no es nada facil, asi que ibamos a tener que trabajar para lograrlo. Continuamos con nuestro camino, y en una parte desolada, nos topamos con unos galeotes, presos que andaban escoltados por unos comisarios armados. Al encontralos en esta inhumana situacion me pregunte: porque estan encadenados. Sancho me explico, pero el no es muy bueno con las palabras. Asi que decidi preguntarle a los mismo galeotes, que porque estaban encadenados. Cada uno de ellos me respondieron, hasta que me di cuenta que esto era injusto, asi que los libere. Despues de la peque;a batalla de los galeotes, conmigo y Sancho contra los comisarios, segui mi camino; pero antes de que los galeotes se fueran les dije que fueran a visitar a mi querida Dulcinea de Toboso, y que le dijeran que su caballero los libero de sus penas. Se rieron y negaron a cumplir con mi peticion, y aparte de eso comenzaron a tirarnos piedras, y nos dejaron casi desnudos. Vandalos esos, a los que salve y ellos me despojaron de mis pertenencias.
domingo, 2 de mayo de 2010
"el caballero de la triste figura"
Unas luces se acercaban cada vez mas. Cuando se acercaron lo suficiente, le grite a un hombre que andaba en una mula que de donde venian, al parecer la mula se asusto mucho y boto al pobre hombre. Le pregunte nuevamente que de donde venian, este me dijo que train un muerto y que el era un religioso. Mientras me contaba la historia Sancho se estaba robando unos cuantos alimentos, llame a Sancho y le dije que ayudara al hombre a ponerse de pie. Cuando Sancho llego este se presento y a la misma vez me presento a mi como "El caballero de la triste figura". El religioso se pregunto porque me presento asi, Sancho le dijo que me llamo asi porque casi no tengo dientes y estoy muy flaco, porque no como en todo el dia. Nos despedimos del religioso, y fuimos a la pradera a comer los alimentos robados. Luego comenzamos a caminar siguiendo nuestros instintos, porque no se veia nada. Se escuchaban grandes estruendos y Sancho se aterrorizaba cada vez mas. Le dije a Sancho que me iria a resucitar a los de la tabla redonda, a los 12 de Francia y 9 de la fama. Tambien le dije que se quedara ahi por tres dias, y si no volvia para entonces que se fuera de vuelta al pueblo, y que cuando llegara le dijera a mi amada Dulcinea, que su caballero murio peleando con la oscuridad. Sancho al escuchar esto comenzo a llorar, rogandome que me fuera ma;ana, yo le dije que no; pero el le amarro las patas a Rocinante para que no pudiera caminar, asi que decidi esperar hasta ma;ana. Sancho comenzo a contar una historia de un cabrero, pero nunca la termino porque habia un ruido constante. Paso la noche y el amanecer y el ruido seguia sin parar. Comenzamos a perseguir este insesante ruido. Como siempre terminamos Sancho y yo discutiendo.
Una pocion magica..
Nos levantamos, Sancho y yo, y comenzamos a hablar de como nos sentiamos. Le conte a Sancho como esa bella princesa se me acerco. Despues llego el cuadrillero, y desde el momento que entro a la habitacion supe que estaba encantado, asi que empezo a hablarme, y yo muy tenazmente le pegue en la cabeza, de esa manera el encantamiento se el iba a quitar. Al momento le pedi a Sancho, unos cuantos ingredientes para la creacion de una pocion magica, que iba adesaparecer todos nuestros problemas, fisicos obviamente. Yo la probe yo primero, me produjo nauseas y un poco de vomito, le pedi a Sancho que se retirara de mi habitacion para asi poder descansar propiamente. Al dia siguiente, me senti muy bien, asi que se lo comente a Sancho. Tambien quiso tomar mi gran pocima magica, asi que le prepare un poco, tambien le dio nauseas y vomito, pero a diferencia mia, no le sirvio. La unica respuesta logica a esto es que las pocion solo le sirve a los caballeros y como Sancho no es un caballero no le sirvio. Despues de unas cuantas horas, le dije a Sancho que era hora de irnos. Cuando ibamos saliendo el alcaide me detuvo, y me dijo que le debia pagar por mi estadia, lo que me parecio muy extra;o ya que, yo como un caballero andante no debo pagar mi estadia en un castillo. Cuando le dijeron a Sancho el dijo que el escudero tampoco devia pagar su estadia. Hasta que un par de vandalos agarraron a Sancho y le tiraron una jarra de agua fria en la cabeza, despues de un buen tiempo dejaron a Sancho irse. Y asi proseguimos nuestro camino. Sancho y yo como usualmente empezamos a discutir, porque le dije que ese castillo estaba encantado, pero el me decia que no. Nuestra discusion ceso cuando vi dos humaredas a lo lejos. Mi explicacion logica era que cada humareda era perteneciente a un ejercito, y que estos ejercitos estaban batallando. Sancho y yo fuimos a una colina para ver la batalla. Mientras subiamos, le conte a Sancho de algunos personajes de las batallas, y de las armas que cada ejercito llevaba. Llegamos a la colina, y Sancho comenzo a decirme que eran tan solo reba;os de ovejas, pero yo sabia que no eran reba;os era una gran batalla. Asi que fui a batallar con ellos tambien, pero lo que no me esperaba era un ataque de mi mismo bando, con piedras. Finalmente le pregunte a Sancho que si el me podia revisar mi boca, porque creo que me quebre una muela, Sancho con solo ver un poco de mi boca, comenzo a vomitar. Despues de que Sancho se recuperara nos dimos cuenta que amobos teniamos mucha hambre pero como nos quitaron las alforjas, no pudimos comer nada. Cuando nuestra travesia continuo, decidi decirle a Sancho que nuestro destino estaba en sus manos y que dependia de el escoger cual camino era mejor para nosotros.
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