Soy un orgulloso caballero andante gracias a el alcaide, sin el nunca lo hubiera logrado. Imagino que el creyo que le iba a pagar, no estaba muy feliz despues de que le dije que no tenia dinero. Me dijo que en su libro de instrucciones decia que debia velar mis armas en la capilla, estoy muy seguro que no habia, porque estaba en construccion, asi que decidi velarlas en el patio y las vigile muy bien no queria que nada le pasara ni nadie se las robara. Llegaron dos hombres, muy misteriosos, desde el momento que los vi no confie en ellos. Los vi acercarse a mis armas asi que batalle contra ellos, lo estaba haciendo muy bien yo lo hice, lo mas probable es que yo iba ganando; hasta que llego el alcaide y detuvo a esos vandalos. Por fin fue hora de mi nombramiento, el alcaide dijo unas palabras y despues termino con un golpecito en cada uno de mis hombros. Una vez terminado las senoritas se sorprendieron mucho y me dijeron que me servirian de por vida, asi que les pregunte sus nombres; y les dije que de ahora en adelante se llamaria Doñas. Al amanecer me fui como todo un orgulloso caballero andante.
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